jueves, 3 de julio de 2008

El incierto futuro del Bachillerato en Canarias

La Consejería de Educación está llevando a cabo restricciones económicas en la reestructuración del bachillerato. Ahorrar en los años de crisis económica significa priorizar y racionalizar recursos personales y económicos. Si este obligado principio se traduce en homogenizar la forma de actuación sin más, produce pérdida de recursos y empobrece la oferta mínima exigible para una educación necesaria del siglo XXI.

El establecimiento de normas como la de exigir un mínimo de 12 alumnos, primero en las materias optativas de Secundaria y Bachillerato, y después a todas las materias de Bachillerato, y la exigencia de contar con un determinado número de alumnos por nivel, según la Resolución de 11 de junio de 2008, de la Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa, por la que se dictan instrucciones para la impartición del Bachillerato en el curso 2008-2009, es un buen ejemplo de empobrecimiento de futuro.

Los centros a lo largo del presente curso han manifestado reiteradamente el perjuicio que causa esta restricción al aprendizaje de los futuros profesionales.

Con esta Resolución, el funcionamiento de los Bachilleratos se ve claramente perjudicado por los siguientes motivos:

1) Se restringe el acceso del alumnado a determinados estudios según el centro, o incluso según la zona de la isla donde residan, por las siguientes razones:

A) Se discrimina al plantear mínimos con números enteros. No es lo mismo exigir un mínimo de 12 personas en un centro de alta matriculación que en uno pequeño. Sería, en todo caso, más correcto y justo hablar de números porcentuales. Así, exigir 12 personas en un centro con 50 matriculados en una de las opciones de Bachillerato, supone casi un 25%. En cambio, en un centro con 25 matriculados en la misma rama, 12 personas supone exigir casi el 50%.

B) Hay, además, una discriminación geográfica para aquellos personas que no estén en centros de alta matriculación, pues no tendrán el derecho de elegir y recibir las materias que por ley están establecidas en los diferentes niveles.

2) La Consejería podría ofertar materias por la modalidad semipresencial, a aquellas personas que no puedan matricularse en su centro en alguna de las materias que han elegido por no llegar al mínimo exigido. Esto supondría que una gran parte del alumnado de centros pequeños se verían obligados a elegir este sistema. Esta vía requiere una madurez superior a la que le corresponde al alumnado del Bachillerato ordinario, y es más propia de un tipo de alumnado que ha superado la edad de la adolescencia. Además hay que tener en cuenta que en el sistema presencial se imparten 4 horas semanales por asignatura, pero en el sistema semipresencial, recibiría sólo dos horas de clase, la mitad; el resto sería por la web, como ya lo están haciendo en los Bachilleratos nocturnos con la Plataforma Moodle, donde el alumnado sobrepasa la mayoría de edad.

3) Como consecuencia de esta normativa, muchas materias dejarán de impartirse en los centros pequeños, que son altamente frecuentes en Canarias y por tanto, muchos profesores estarán dedicados a impartir las llamadas materias afines, que al cambiar con frecuencia, conllevarán el riesgo creciente de disminuir el bagaje y la experiencia adquirida en la metodología de las enseñanzas de las materias impartidas. Así, el profesorado de Griego, de Física y Química o de Economía que no pueda impartir su especialidad, podrá posiblemente mantenerse en su centro, siempre que le sobren horas a otros Departamentos afines. Por lo tanto, el problema, aunque tiene aspectos laborales, es sobre todo, de una auténtica pérdida de oferta educativa por renunciar a utilizar debidamente los recursos humanos actuales.

4) La oferta de un modelo de un bachillerato sólidamente diseñado, sustituido por un bachillerato aleatorio y cambiante de una especialidad a otra, no sólo afectará a los Ciclos Formativos, que pueden trasladarse a otros centros, con mayor o menor dificultad, sino a Facultades Universitarias, cuyo retroceso no es fácilmente enmendable. Conviene cuantificar el ahorro económico que supondría esta medida, para que compense tanta incertidumbre de futuro de instituciones organizadas.

5) Entendemos que el requerimiento del mínimo de personas necesarias para la impartición de más de una primera lengua extranjera, no cumple la normativa de la UE. Igualmente, entendemos que se incumple con la que tenemos que cumplir con la Tecnología de la Información y Comunicación.

6) Las instrucciones dictadas, no solo no resuelven la actual crisis de conocimiento de las Ciencias consideradas tradicionalmente como básicas, sino que las emergentes como la Economía, o las tradicionales como Latín o Griego las sitúa en el mismo nivel del desconocimiento generalizado entre la población estudiantil.

7) En otras comunidades autónomas se ha resuelto la reestructuración del bachillerato con un planteamiento más sólido y con más futuro.

Por todo ello:

Es necesario que se abra un profundo y dinámico debate sobre el porvenir y organización del bachillerato en Canarias. El futuro depende de ello.

Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias, La Laguna-Santa Cruz de Tenerife.

Colegio Oficial del Biólogos de Canarias.

Colegio Oficial de Economistas de Santa Cruz de Tenerife.

Delegación Canaria de la Sociedad Española de Estudios Clásicos.

INSULAE, Asociación de profesores de Latín y Griego de Secundaria de Canarias.

Tomado del Colegio de Licenciados